No hay remedio contra el tedio,
ni contra el baho de los cristales
cuando llueve y hace frío.
Todo casi quema tanto como un llanto;
como un beso, como un café expresso.
Es difícil contar de tres en tres restando siete,
pero se puede.
Es fácil que te vean, pero no que te miren;
que oigas, pero no que asimiles.
Así miles han pasado,
contemplando las baldosas que avanzaban por su lado.
Y es que no por andar mucho se llega más lejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario